martes, 6 de agosto de 2013

Lo que callo.

Ya está. Sin defensas. El último golpe de izquierdas que deja K.O. La última estocada. Desarmada. Estoy acabada. Recucida a cenizas como un simple cigarrillo, esperando a que el viento las sople. No soy nada más que dolor, puro y concentrado. No quería escuchar esas voces, no quería ver la verdad. Y lo consigo, realmente lo consigo pero cuando no hay nada con lo que mantener mi mente ocupada...vuelve con todas sus fuerzas, el impacto de la verdad es tan fuerte...
Duele tanto...
Me he dado cuenta de que soy falsa. Mucho. Y soy falsa con mi misma, me digo y me convenzo de que estoy bien. Miento. Espera, ¿miento?
Ni siquiera lo sé ahora.
En realidad no estoy mal...cuando no pienso, pero cae la noche, llega el momento en el que estoy sola y me deja sin nada con que defenderme, simplemente me quedo ahí, derrotada, dolor que aprisiona, manos que axfisian, incesante.
Otra voz aparece en mi cabeza, añadiendole más leña al fuego.
"Exageras"
¿Cuál es la barrera entre la verdad y lo exagerado? ¿Quién la define y por qué? ¿Por qué nadie me dijo nada de ella?
Esta pregunta. Esta maldita pregunta.
Y otra que me martillea, me machaca a polvo.
"¿Por qué a mi?"
Mi madre me dice que me ve seria. Nunca he notado diferencia.
Joder.
No.
No puedo aguantar esto, no puedo seguir así, no puedo.
No se que voy a hacer.
bueno, es hora de aparentar normalidad, volveré a meter en el cajón los sentimientos y los dejaré encadenados hasta la próxima vez que la soledad los desencadene.
Pretende laura, pretende.
Pretende y será.
Secate los ojos y levantate.

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