lunes, 26 de agosto de 2013

Montañas de arena.

Alcanzar la felicidad es una auténtica carrera de obstáculos. Empiezas confiado pensado que podrás superarlos, calculas la altura de las vallas que tienes que saltar, lo mucho que te va a costar subir ese muro, lo difícil que es correr sobre barro y la posibilidad de resbalar y caer. Calculas todo y piensas que tienes todo al milímetro. Ilusos seres humanos, se creen que lo tienen todo controlado cuando, de repente, todo cambia. Los obstáculos de lejos parecen fáciles si, pero a la hora de la verdad, cuando estas a punto de enfrentarte a ellos se vuelven imposibles, irrealizables. De manos cruzadas nada se puede hacer. Vamos. No puedes rendirse ahora, te dice una parte de ti mientras la otra grita rindete de una vez, ¿no ves que no puedes? Y ahí estas tu. Tus sueños sólo son ya trozos en el suelo y tu intentando arreglarlos los coges del suelo. Esos trozos, aunque pequeños, tienen unos bordes afilados y cuando los coges te cortas. No te das ni cuenta, o quizás lo ignoras pero al final duele, cientos de pequeños cortes que te han hecho esos pedazos de mundo ideal que poco a poco han ido viniendose abajo, igual que haces tu ahora. Escombros eres. Algo que no

No hay comentarios:

Publicar un comentario