sábado, 13 de julio de 2013

Lejos.

Se aprecia lo que tienes cuando ya no   
¿verdad?
Pues estando lejos de casa me he dado cuenta de que quizás tampoco esté tan mal. Ya no siento ese agobio, esa imperiosa necesidad de abandonar todo, ese sentimiento de que no encajas. Tenía miedo de que esto pasará. Sabía que lo haría. A veces soy más lista de lo que pienso. Tenía miedo de encontrar algo que me hiciese quedarme cuando todo lo que quiero es marcharme. Pienso que eso lo solucionara todo pero ¿y si no? Hasta qué no baje del avión y pise tierra de otros países no lo sabré. Hasta qué no eche de menos mi cama, mi cuarto, todo lo que ahora odio y quiero cambiar entonces lo amare y querré tenerlo de vuelta. Son etapas de la vida. Deberé superarlo y comenzar de nuevo, supongo. No. No es la casa la que echare de menos. Creo que es a ti. Moriría si no estas. No quería esto. No quería que nadie me hiciese quedarme pero quizá acabe haciéndolo, aún es pronto para decidir. Sólo sé que no quiero quedarme pero si hay un motivo para que lo haga...lo haré, lamentablemente. 

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